Esperamos la llegada de las vacaciones, para por fin… darnos permiso para descansar. Aplazamos lo que nos hace bien y mientras tanto, seguimos en modo automático, cumpliendo tareas, corriendo de un lado a otro, haciendo lo que “toca” sin preguntarnos cómo estoy y qué necesito.
Así nos agotamos. Vamos acumulando cansancio, ansiedad, a veces sin ni siquiera darnos cuenta, porque seguimos como autómatas.
En deporte, el descanso se planifica como una parte más del entrenamiento. No hay rendimiento si no hay un adecuado y suficiente descanso.
En nuestro día a día estamos obsesionados con hacer y hacer y hacer más, y seguimos sin pararnos, sin sentirnos, sin atendernos. Esto ni ayuda a nuestra salud ni nos hace rendir más.
Puedes tenerte en cuenta un poquito cada día.
No hace falta irte de vacaciones, ni a una playa si no la tienes cerca... Puedes facilitarte pequeños espacios, aunque sean breves, de hacer algo por el hecho de disfrutarlo sin más, o simplemente de no hacer nada, no planificar, no resolver, no reaccionar, sin obligación ni debería, solo estar y acompañarte, sin culpa.
Puedes desconectar a ratitos el piloto automático, y conectarte con el presente y lo que estés haciendo en ese momento, observarte en tus tareas y sentir tu cuerpo y tus sensaciones.
La vida no está hecha solo de metas por cumplir, porque no se trata solo de llegar al final del día, sino de estar presentes mientras vivimos.
No esperes a las vacaciones para cuidarte. Mereces sentirte bien ahora.
Tu bienestar también se construye en lo cotidiano.
Puedes empezar hoy.
Descubre más noticias
No te pierdas las últimas novedades

Motivación, motivos y la lista de la compra

Cuando mires atrás
Sígueme en RRSS
Mantente informado de las últimas novedades