Ayer aprendí de un cuento infantil, que hay un hechizo para conseguir que las personas se calmen. ¡Una frase mágica! Eso sí, nada fácil de repetir porque requiere decir todas las palabras con la misma vocal.
Sólo apta para aprendices que estén practicando mucho y lo intentan una y otra vez.
¡Me pareció una idea maravillosa!
Y esperanzadora.
¿Y si hubiera algo que podemos decirnos, o hacer, que practicando mucho, consiguiera ayudar a calmarnos cuando lo necesitamos? ¡Qué idea más loca!
Pero así es. No es un cuento para niños y no es magia. Es lo que prueba científicamente la neurociencia y lo que se trabaja a nivel práctico desde la Psicología.
Cuando necesitamos calmarnos, aunque la situación sea estresante o angustiosa y la ansiedad nos provoque malestar, hay algunas cosas que sí podemos hacer para ayudarnos a nosotros mismos a recuperar la calma.
Eso sí, como el hechizo del cuento, requiere de práctica y un espíritu aprendiz.
¿Estás dispuesta/o a intentarlo?
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