Mucho se habla de motivación, allá donde vayamos, para conseguir lo que sea que nos propongamos, para promocionar en un trabajo, para cualquier proyecto, en nuestra vida en pareja, en los estudios, para una oposición y hasta en nuestro tiempo de ocio… Motivación, escuchamos. Lo que necesitas es motivación.
Ya… Y esto, ¿dónde se compra?
Más básico que el pan, pero lo pones en la lista de la compra y la motivación no aparece.
Así como concepto, la motivación es un proceso psicológico que activa y dirige las conductas del organismo hacia una meta concreta. Energía. La energía de la que disponemos para emprender cambios y sostener decisiones.
Pero en la práctica, la motivación no va en la lista de la compra, ni encuentras un surtidor junto a la sin plomo, que ponga “Motivación”. Tampoco vale sentarse a esperar a que aparezca.
Quizá el propio concepto de motivación nos lleva al error de pensar que primero debe de aparecer la motivación y después, si eso… ya iremos haciendo.
La motivación es un potente motor pero algo peculiar, funciona por retroalimentación y en la mayoría de los casos, requiere de al menos un primer impulso, chispa o empujón que tiene que darse con o sin ganas, vamos, por pura determinación y voluntad.
Lo que está claro es que nada nos moverá del sofá si no nos interesa lo más mínimo, si no tenemos un motivo para hacerlo.
Así que el primer paso para que ese motor empiece a funcionar es tener motivos, es decir, centrarnos en algo que es significativo para nosotros.
- Comprender el propósito de vida
El propósito de vida es la brújula que guía nuestras decisiones y acciones. Implica autoconocimiento, descubrir lo que realmente importa para nosotros y cómo podemos contribuir de manera única al mundo. Reflexionar sobre nuestras pasiones, valores y motivos.
Después del impulso inicial que es tener motivos, podemos continuar engrasado el motor de la motivación y ahí es donde aparecen los objetivos. Diseñar unos objetivos nos mantendrá enfocados, evitará que nos despistemos a medio camino.
- Conectar objetivos con valores
Los valores personales son los pilares que sustentan nuestro sentido de vida. Diseñar objetivos que reflejen estos valores proporciona un marco sólido para nuestras aspiraciones.
En la búsqueda de una vida significativa y satisfactoria, el diseño de objetivos basados en el propósito de vida y el sentido personal es esencial. Alinear nuestras metas con un propósito más profundo no solo aumenta la motivación, sino que también brinda dirección y coherencia a nuestras acciones diarias.
Diseñar objetivos a través del propósito de vida y el sentido personal es un viaje continuo de autoexploración y autenticidad.
Al alinear nuestras metas con lo que realmente importa, creamos una vida más significativa.
La intersección entre el propósito de vida y los objetivos personales es el terreno fértil donde florece una vida llena de significado y realización.
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