Lunes… lo que se ve: entrenamiento físico, desnivel, piernas y bajada cómoda para volar.
Lo que no se ve: entrenamiento mental…
Me pesan las piernas, estoy cansada del fin de semana, madrugón, pereza del lunes, estrés… “¡con todo lo que tengo que hacer!, intentos de auto-sabotaje, ¡tengo sueño!...
Cada entrenamiento físico, es una oportunidad y un escenario para practicar también las distintas habilidades mentales y construir nuestra fortaleza mental.
No lucho con mis pensamientos, no discuto con ellos, sería malgastar mi energía.
Entiendo que estén ahí, simplemente los veo, dejo que sigan ahí porque sé que no determinan lo que yo hago.
Me hablo con respeto y amabilidad.
Pongo mi atención en prepararme para salir a entrenar.
Me observo, siento mi cuerpo y diferencio la pereza de la necesidad de descanso y con honestidad reconozco mi pereza.
Recuerdo mi objetivo a largo plazo, el para qué lo hago, pero me centro en mi objetivo del día y aún focalizo más mi atención en el paso que estoy dando en este instante.
Conecto mi cerebro más racional, la parte pre-frontal que toma decisiones y da las órdenes hacia una dirección.
Me digo mi frase poderosa, la que me conecta.
Practico estar presente aquí y ahora, observo lo que ocurre, lo que estoy haciendo, las piedras, el paisaje, la temperatura, el sol saliendo, mi sed, mi respiración… y no me juzgo, solo siento.
Me felicito por lo hecho.
Descanso.
Entrenar también es esto: sostener la motivación, reconectar con el propósito, cultivar la constancia cuando las ganas no acompañan, focalizar la atención en lo que me ayuda, centrarme en lo útil y seguir aún con incomodidad.
Hoy entrené mi mente.
Y eso también cuenta.
Tú también puedes entrenar con Psicología del Deporte en Castellón.
Descubre más noticias
No te pierdas las últimas novedades

¿Has planificado tu retirada deportiva?

Ajustar expectativas
.jpg)
Derecho a parar
Sígueme en RRSS
Mantente informado de las últimas novedades