Si hay un hábito del que quieres deshacerte y aún no lo has conseguido, no pienses que tú cerebro no funciona bien.
¡Tu cerebro funciona estupendamente!
Es por ello que sigue empeñado en hacer una y otra vez, aquello que ha aprendido y repetido muchas veces y que además te proporciona cierto placer aunque sea momentáneo.
¿Por qué nos cuesta cambiar?
Cada conducta implica una serie de conexiones neuronales. Cuantas más veces repetimos una acción, más fuerte se hace ese circuito neuronal hasta que la conexión entre esas neuronas se activa de forma automática, y casi sin darnos cuenta… ¡ya lo hemos hecho otra vez ! Por eso nos cuesta tanto, dejar atrás algunos hábitos.
La buena noticia, es que podemos cambiar estos circuitos y conectar las neuronas por otros caminos. Se llama neuroplasticidad neuronal.
¿Cómo cambiar?
Nos va a requerir nuestro empeño y seguir algunos pasos.
- Piensa en un hábito que quieres perder de vista. Por ejemplo, "comer chocolate después de cenar, mientras veo la tele".
- Piensa qué haces justo antes. "Terminar de cenar y levantarme de la mesa". Esto sería el desencadenante.
- Piensa qué rutina ocurre a continuación. "Cojo la tableta de chocolate de la cocina, me la llevo al salón, me siento en el sofá, enciendo la televisión y empiezo a comer hasta que me la acabo".
- Estar presente en "EL AHORA". Ser CONSCIENTES de nuestras acciones. DARSE CUENTA de lo que está ocurriendo y de cuándo se produce la acción desencadenante del hábito.
- El desencadenante funciona como alarma, para avisarnos de lo que va a ocurrir, salir en ese momento del piloto automático y cambiar voluntariamente la conducta.
- Poner impedimentos o dificultades para que se pueda desarrollar la rutina: "no sacar comida fuera de la cocina, no tener chocolate en casa, lavarnos los dientes inmediatamente después de cenar..."
- Sustituir la conducta por un hábito saludable y que también nos produzca satisfacción.
- Pensar en los beneficios, lo que vamos a conseguir con el cambio de hábito, y cómo nos encontraremos.
- Repetir, repetir, repetir, hasta afianzar el nuevo hábito.
- Felicitarte con cada logro.
¿Por dónde empiezo?
Ponte una fecha. Hoy es un buen día.
Empezar depende de ti.
Si tienes dudas, estamos para ayudarte.
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